domingo, 18 de enero de 2009

Poema de Carlos González
para hablar del intervencionismo en el parto


Os pongo un poema del pediatra Carlos González que he encontrado en el foro de Maternidad Instintiva, aunque su faceta más conocida es la de experto en lactancia y alimentación infantil, en este poema nos habla del instinto natural para parir y del intervencionismo absurdo en el proceso de la mujer parturienta:




El perro, el gato y la gallina


Picoteaba un día una gallina
entre unos desperdicios de cocina
cuando le sobrevino un deseo urgente
de alzar la vista al frente
y caminar con paso vacilante
(el cuello para atrás y para adelante)
hacia un montón de paja allí dispuesto.

Cacarea, se sienta, se menea,
pica, repica, suplica, tuerce el gesto,
se levanta, se vuelve, cacarea,
puja, empuja, apretuja y pone un huevo.

Un gato, que de todo fue testigo
(aunque el suceso no era nada nuevo)
reflexiona, lamiéndose el ombligo:
"A las puertas del siglo XXI,
y que aún pongan los huevos de uno en uno!"

No alcanza a comprender su alma felina
que una simple gallina,
no sabiendo de ciencia, ni de oficio,
sin el auxilio de gente preparada,
ni acceso al beneficio
de la moderna técnica avanzada
esté a poner un huevo autorizada.

Se acerca el gato a un perro que dormita
al sol junto al corral
y al oído unas frases le musita
en tono coloquial:
"¿Se ha fijado, colega
en cómo pone la gallina, ciega
al peligro, sin método ni nada?
Hemos de poner fin a un sufrimiento
que hace de las gallinas instrumento
de la naturaleza desatada."

"Tiene razón", responde el aludido,
"que es la puesta una empresa complicada
para hacerla en un nido.
Hay que abrir un centro veterinario,
a modo de huevario,
en el que sea la puesta controlada
y el huevo por expertos atendido."

Buscar deciden, pues, a la gallina
que a la puesta parezca más cercana,
y resulta ser tal la Serafina.
El gato le pregunta: "Dime, hermana,
¿no notas de algún huevo la venida?"
"Nada noto" — "¡Es puesta retenida!"
"Hemos de proceder sin dilación.
Estírate para la exploración."

"¿Me siento así?" — "¡No, tonta, boca arriba!"
Procede a desplumar el perineo
(¡qué vergüenza!). "Colega, ya lo veo.
Con una lavativa
y una infusión de hormonas adecuada
habremos de inducir ahora la puesta;
y una vez dilatada,
hacer palanca con una cuchara
y recoger el huevo en una cesta."

(Hubo de dar el gato una tajada,
porque, si no, no entraba la cuchara.)
Ya se extiende la voz: ¡Por fin la ciencia
da respuesta a este problema diario!
Las gallinas, con suma diligencia
acuden al huevario.

Y es fama que de ciento que allí ponen
son las cien boca arriba desplumadas
las noventa tajadas,
las cincuenta inducidas, cuarenta
instrumentadas, y algo más de treinta
salen con un buen corte en la barriga.

Tan sólo una recela: nuestra amiga
que iniciaba esta historia.
Porque es gallina vieja, que ya ha puesto
mucho huevo en la vida, y todo esto
le huele más a esclavitud que a gloria.

¿No ha de tener mi cuento moraleja?
Hela aquí: Mujer, no seas gallina, y si lo eres, sé gallina vieja. Pregunta al que entusiasta te aconseja métodos tan científicos y nuevos. "¿Ayudas tú en verdad a la gallina, o sólo vienes a tocar los huevos?"

Carlos González es fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna. Miembro del Consejo de Asesores de Salud de La Leche League International. Asesor de la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños (UNICEF). Especialista en lactancia materna por la Universidad de Londres.

Ha impartido, desde 1992 hasta el momento, más de 100 cursos sobre lactancia materna para profesionales sanitarios. Ha traducido diversos libros sobre el tema, además de ser responsable del consultorio sobre lactancia materna de la revista “Ser Padres”.

Es uno de los máximos exponentes en los países de habla hispana en métodos no conductivos, conocidos como crianza con apego.

En la actualidad ha publicado varios libros sobre alimentación, lactancia y educación para la infancia.

Fuente Wikipedia (entrada Carlos González, pediatra)



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